La casa se prendió fuego el sábado pasado en 61 entre 158 y 159. Las llamas se expandieron de inmediato. El futuro oficial del Servicio Penitenciario Bonaerense actuó de inmediato y rescató a su mamá, a la hermana y a los perros. Lo ayudó su cuñado. La destrucción de la vivienda fue total. Autoridades, docentes y más de 300 compañeros de la Escuela de Cadetes donaron camas, colchones, cubiertos, un televisor, estufas, ropa y alimentos.
Isaías Videla tiene 21 años y cursa el segundo año de la carrera que se dicta en la Escuela de Cadetes del Servicio Penitenciario Bonaerense con sede en La Plata. El sábado pasado le tocó atravesar uno de los momentos más terrible de su vida cuando se prendió fuego su casa situada en Los Hornos, pero pudo aplicar los conocimientos que aprendió con la Brigada de Lucha contra Incendios y pudo salvarle la vida a su mamá, su hermana y a las mascotas.
El siniestro sucedió en 61 entre 158 y 159 y aunque luego de los salvatajes las llamas consumieron la casa, la solidaridad de las autoridades, docentes y compañeros de la Escuela de Cadetes provocó una ola de donaciones que sirvieron para restaurar las viviendas con los artefactos para su funcionamiento.
Según contó Isaías, su mamá cerró con llave su cuarto porque sentía dolor de cabeza y necesitaba descansar. Devota de varios santos, antes de recostarse encendió una vela para rezarles. Tras una mala maniobra, la llama cayó sobre el colchón y ella terminó presa del fuego entre cuatro paredes.
Al oír los gritos, Isaías, con la ayuda de su cuñado, logró derribar la puerta y poner a su mamá a resguardo. Enseguida, corrió para proteger a su hermana y tras lograrlo, fue por sus perros. Luego, cortó el suministro eléctrico e intentó apagar el incendio, pero no pudo.
Desodorantes, alcohol y otros elementos de limpieza que habían comprado por la pandemia de coronavirus, avivaron el fuego. Finalmente, las llamas consumieron a su paso cada objeto del hogar hasta derrumbar la estructura.
“Aunque perdimos todo, quisiera destacar que lo que aprendí el año pasado, cuando me sumé a la Brigada de Lucha contra Incendio de la Escuela de Cadetes, me sirvió para salvar mi vida y la de mi familia. En todo momento mantuve mi postura, sabía que no debía perder el eje. Había mucho fuego”, recordó Isaías.
Ni bien se enteraron de lo sucedido, las autoridades de la Escuela de Cadetes, a cargo de Magno Fabián Giménez Villalba, enviaron un mensaje solicitando la colaboración de los 315 estudiantes, a través del campus virtual. La respuesta fue inmediata y las donaciones no tardaron en aparecer.
La cuarentena decretada y la restricción para circular obligaron a los penitenciarios a arbitrar los medios necesarios para que las cosas llegaran hasta Isaías y familia. Camionetas y vehículos particulares se utilizaron para recoger una cama de una plaza, un televisor, cuatro colchones, una alacena, cubiertos, elementos de bazar, dos estufas, alimentos, artículos de limpieza, indumentaria y calzado.